Resuellos
Instrucciones para una escritura balbuceante
La obra explora la memoria, las fronteras del lenguaje y la voz mediante performances con alcarrazas cerámicas hechas del barro que preparé de la montaña, que emiten un silbido evocador al contener agua. Este sonido conecta con la memoria del territorio y se pregunta por las historias que los rios, como archivos en movimiento, podrían contar, como el Chicamocha, podrían contar sobre mi padre, quien vivió y falleció en ese paisaje. La pieza busca invocar y dialogar con la memoria del paisaje y de quienes lo habitaron a través del lenguaje del agua.
Resuellos I: de río (2023)

La activación en el río Magdalena en Honda, Colombia, fue parte del Salón Internacional de Arte del Agua, donde fui galardonada con el primer lugar por decisión del jurado


Resuellos II: de lluvia
Activación en la exposición "Otros Gestos en el Lenguaje: Royendo la Frontera Animal" como parte del XVI Encuentro Anual del Círculo de Filosofía Comparada y Continental en la Pontificia Universidad Javeriana
*pasa el cursor sobre las secuencias del video ensayo*




Mi papá creció en el campo. Como no había otros niños con quienes hablar, hablaba con las ranas y los árboles. Aprendió a hacer una ocarina juntando sus manos para medir las distancias con su sonido y dejarse encontrar cuando se escondía. También sabía hablar con el silencio. A los cinco pronunciaba las palabras como si la lengua fuera pesada y siempre amenazara con soltar un resuello.
De niña, mi papá intentó a enseñarme a hacer la ocarina con las manos. Nunca aprendí porque no necesité de un sonido que resonara a distancia para encontrarnos, porque no había tal.
Cuando murió junté las manos y soplé, sonó un resuello, pero no un silbido. Pensé en mis manos como un espacio acústico: las junté, las separé, medí el peso y la presión y soplé. Un quejido tímido emergió, una casi palabra. Me llevé rápidamente las manos al oído como intentando atraparla para escucharla. Recordé a mi abuela alcanzándome una cocha marina y preguntándome: Mija... ¿quiere escuchar el mar? Y yo escuché el mar. La concha era un portal. Mis manos también, el vacío era sonoro...mis manos como casita de viento, mis manos como cueva de balbuceos. ¿Cómo hablar con las ranas, los árboles y los fantasmas?
Resuellos I: de río (2023)















